jueves, 27 de septiembre de 2007

Estoy a tu lado

Me gustaría
poder librarte
de los desvaríos
de la vida
de los problemas
que dejan marca
y un regusto
de sal negra
y arena amarga
en tu corazón.
Quizá
envolviéndote
en una burbuja
que ni el aire
pudiera atravesar
para que nada
rozara
ni siquiera tu piel.
Quizá volviéndote
niña.
Quizá
si yo fuera
caballero
cobijándote
tras de mi escudo
y defendiéndote
con mi pecho
y con mi espada.
Pero la realidad
es más prosaica
humilde
y minúscula.
Yo no soy caballero
enfrente
no hay dragones
y no puedo
evitar
que sufras
con las dificultades
que la vida
arroja
a tu orilla.
Tan sólo puedo
si tú me dejas
ponerme a tu lado
ofreciéndote
el consuelo
de una palabra amable
una mano
una caricia
un abrazo
un beso
y quizá una cuba
con toneladas
de cariño
que como lluvia
laven
esas cicatrices
como un mapa
que la vida
va dejando
en tu interior.

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