viernes, 12 de octubre de 2001

Llevadme al mar

Cuando del tiempo nada espere
mi ánimo se vuelva bruma
y mi esperanza ya no brille.

Cuando ya no se alce
en voz mi palabra
ni en susurro
ni siquiera en brillo

Cuando ya no sea
ni reflejo de hombre
ni silbo de pájaro
ni mirada entre las nubes

Llevadme al mar.

Y dejadme allí
junto a la orilla
escuchando su diálogo
de infinitas historias
de incontables riberas
Dejadme allí
os digo
con el eterno viajero
infatigable
dejadme con mis recuerdos.

Volveré a navegar.

martes, 11 de septiembre de 2001

Cotidianeidad

Es tan cotidiana
la cercana cotidianeidad
y tan común
tan minúscula
tan insustancial
que uno se vuelve arena
insípida y áspera
acariciando el mar
al capricho del viento
incapaz de tocarlo
incapaces de abrazarlo
incapaces de nadar.
De espaldas al sol
nunca miro al cielo,
no me dejo tiempo.
Nos cegamos envueltos
en nuestra propia sombra
entrampados en un torbellino.
Ojalá nos diéramos tiempo
para lo verdadero
y absolutamente importante
esa sonrisa en la calle
el susurro de un árbol
el corazón de un amigo
y por qué no
notar el aleteo
de un hada en los ojos de un niño.

miércoles, 3 de enero de 2001

Paternalismo

Me pregunto
por qué
trato a todo el mundo
como si fuera padre
y ellos niños.

Ya sean
bellos hombres
o hermosas mujeres
de belleza exterior o interior

Igual
porque yo mismo
soy un niño perdido
en un mundo de hombres.

Y acaso no quiera
que nadie me trate
como si fuera mi padre
y yo solamente un niño.