domingo, 24 de diciembre de 2017

La voz y la palabra

He recuperado la voz
y la palabra.
Tras este periodo
feliz y no
terrible y hasta ahora
maravilloso como
la furia de un volcán
de sueño plácido
y abotargado
en mi silencio.
Vuelvo a hablar
con la torpeza
de lo que no se usa
hace mucho tiempo
con la desgana
de la abulia y la pereza.
Pero con la necesidad
imperiosa de hacerlo
como el agua que mana
impetuosa de la fuente
como el aire
que sopla libre
y terrible
contra el cristal
24-12-17

sábado, 22 de julio de 2017

Lágrimas

Hoy lloro
por tantas cosas
que pudieron ser
y no han sido
que podrían ser
y nunca serán.
Lloro
por tanto tiempo perdido
por tantas palabras no dichas
por los besos que nunca dimos
por los hijos que no vinieron
por tantas costas no vistas
por tantos caminos no recorridos
por tantas oportunidades perdidas
por todo aquello
que me gustaría que hubiera sido
y nunca lo será.
Hoy lloro por esa china
en el camino
por las puertas cerradas
por los límites
por los muros
y las alambradas
por esa sima
ese barranco
ese abismo sin final
por ese miedo
que me trabó
y que no pude superar.
Lloro por todo
lo que fue y no ha sido
por lo que nunca será.
Lloro en fin
por esas lágrimas
que se atoran
en mi garganta
y retengo
y no salen
no soy capaz
y no me dejan respirar

22-7-17

martes, 21 de marzo de 2017

A mis padres

Si todo el mundo
fuera como mis padres,
posiblemente,
se habría inventado ya
un coche de bajo consumo a pedales
y los periódicos
serían apenas un par de hojitas
hablando de bodas, bautizos y comuniones,
ya que la honradez sería
la norma y no la excepción.
El cariño sería sólido
y se vendería en cubitos.
El amor no se cantaría
tontamente en la radio
sino que se demostraría
en el día a día
y las palabras buen vecino
y honestidad
tendrían todo su significado.
Habría menos cercas
y más paseos,
más luces y más
silencios acompañados.
Si el mundo aprendiera
de mis padres,
giraría más lento,
estropearía menos,
andaría más,
construiría más verde,
y haría que crecieran
más cosas necesarias,
habría huertas por todas partes
y la vida sería
más tranquila
más cotidiana
más de lo pequeñito
y por lo tanto
de lo importante.
Si todo el mundo
fuera como mis padres,
habría menos jardines
y más lechugas,
pero ¡ay!
el mundo
sería un lugar
mucho más hermoso
para vivir.
21-3-2017