jueves, 29 de abril de 2010

Música y voces

Notas de piano
como gotas de cristal
resbalando
por una fuente de piedra.
Una voz
apenas presentida
que se va volviendo
íntima.
Sentimientos
de arena
alma de metal
farolillos de colores
y una escalera.
Y las ganas
terribles
inmensas
eternas
de libertad.
Voces
que me vuelven
a mi yo más
íntimo.
Personas de verdad.
Cosas que
verdaderamente
me gustan
notas de jazz
aire denso
como humo
de tabaco
y una pizca
de realidad.
El que soy
y mi imagen
confluyen
y se hacen
realidad.
Aire mixto
y una grata
sensación
de realidad.
29-4-10
Teatro Carrión
Concierto de Leonor.

Música

Música
que me vuelve
a mis entrañas.

Música
que me lleva
al hogar.
Al de otros tiempos
al de ahora
al de verdad.

Música
que provoca lágrimas
no de rabia
ni de tristeza
quizá
de una leve nostalgia.

Música cálida
del color
del cariño
y de la amistad.

Música
como el hogar
de siempre
el de toda la vida
el de verdad
29-4-10
Teatro Carrión
Concierto de Marlango

sábado, 3 de abril de 2010

Mujer ingenua

Mujer ingenua
que te crees
y te has creído
todo lo que
te han puesto
por delante.
¡Cómo no crees
en mi amor!
O en el tuyo
ya que estamos.
Que desde luego
no es lo mismo
aunque al final
por supuesto
el resultado
es el de nunca
es decir
el de siempre.
3-4-10
San Martín de Rubiales

Islas

Cuando el descanso
se convierte
en excepción
y yo me siento
como en una isla
alejado del mundo
sin quererlo
apartando velos invisibles
que me vuelven translúcido
e impertinente.
Cuando tras la esquina
aparece un yo
que no soy yo
tan sólo una cáscara
aparente
ni siquiera vacía
rellena de oprobios
y malestares
ebria del vino
de las uvas malas.
Un sentimiento
de miseria
reposa sobre
el manto
de un profundo
inmisericorde cansancio.
Cuando ni yo mismo
creo en mi lucha
y la vocación huyó
a playas menos míseras
y más inteligentes.
Cuando el eco de las voces
que advierten y aconsejan
rebota en el otro extremo
de mi cabeza
y las miradas
caen de rostros
que se menean
incrédulos
y desengañados.

Entonces.

Entonces

que es el momento
de partir
de cambiar de aires
de volar
con nuevo rumbo
con otra
etérea sonrisa
ligera
cual pajarillo
que migra
huyendo del invierno.
Todo eso lo sé.
Pero ¿dónde está
el camino que
he de seguir?
¿Dónde el martillo
que rompa
estas cosas
que me encadenan?
¿Dónde el aire
que aliente
la partida?
¿Dónde
el rayo que grabe
en mi cabeza
que esa retirada
no es una huida
sino sólo supervivencia?
¿Dónde
quien me haga
ver
que no todo
es responsabilidad mía
ni siquiera es necesario
ni es tristeza?

Quejas
          y silencio.
Seguiré otro poco.
Hasta que muera.
3-4-10
San Martín de Rubiales