lunes, 7 de octubre de 2002

Mirad al mar

Con los pies hundidos
de angustia y de ceniza
con la piel aterida
con el viento de hielo
tensándonos
como la cuerda de un arco
a punto de saltar
con ojos de escarcha
y un sabor a sal
puede que del mar
puede que de mis lágrimas.

               Entonces

Mirad al mar.
Vosotros los perdidos
los errantes
los de la estirpe de nadie
los abandonados
aquellos
los negros
los marchitos
los del grito
que se agolpa
y se colapsa
en un alarido
que crece dentro
y no salta
y nos sacude
y nos traspasa.

Mirad al mar
                              hijos bastardos
los de la triste compañía.
Mirad al mar
como un niño
que siente inocente
ingenuo
y llora desconsolado
sin esperanza
cómo se alejan
las olas del amanecer.

lunes, 13 de mayo de 2002

Nostalgia

La vida está cargada de nostalgias
penden en racimos de las calles
y cuando menos falta hace
nos asaltan como fantasmas
secuestrándonos con anhelos embozados.
Las nostalgias siempre tiran de nosotros
algunas nos atrapan,
y otras sin más nos arrastran
queramos o no sus ansias.
Hay nostalgias de ayer y otras de hoy.
Hay nostalgias que se van
para dejar paso a otras nostalgias.
Las hay juguetonas y alegres
pero otras son pesadas y amargas.
Hay nostalgias de otras nostalgias.
El futuro está lleno de nostalgias.

Si hiciéramos vendimia de nostalgias
destilaríamos el elixir
de la memoria afrodisíaca
y rebelde
y amarga.
Tomarlo en pequeñas dosis
el exceso mata el alma.

Nunca tuve miedo
de la nostalgia que fue,
es hogareña y amable,
pero ¡ay del que le atrape
la nostalgia de lo que nunca será!
Se verá atrapado
por un torrente de utopías,
añorará lo que nunca vio,
los demás lo tacharán
de visionario
o comunista,
y al ver la marca en la frente
se apartarán
dejándolo sólo
en un mundo de sueños
y un día
arrebatado en una nube
será pura nostalgia.

sábado, 30 de marzo de 2002

Frente al mar

Frente al mar
Con la arena en los zapatos
y detrás
la serpiente multicolor de la ciudad.

Estoy solo frente
a la insondable
oscuridad del mar.

Ese mar que olea
incansable
que llama
y que reclama
que invita
que incita
y exige
muriendo cada
vez en la arena
llegando hasta
mis pies.

Ese mar
que me lava
y que se muestra
insondable
y misterioso
como el destino
como la vida
como las preguntas
que me pueblan
y a ratos atormentan.

Ese mar amigo
al que enfrento
como a mis dudas
que me reclama
como a mi vida
que me acoge
como a mi destino.
Lanzo mis dudas
a la oscuridad de la noche
corro y me sumerjo
en el mar
en la vida
en el destino.

Con las olas
lamiendo mis pies
allí de pie
frente al mar.
30-3-02
Gijón