viernes, 11 de julio de 2008

Momentos

Para Bea, para que también comparta los buenos momentos.

Una estación de tránsito
es como un guiño
de la vida
La gente viene
y va
          camina
                              y va
en un tráfago loco
de holas
y despedidas
de sonrisas y adioses
De jóvenes
que se encuentran
y encuentran el amor
¡qué envidia!
De ancianos
que se reencuentran
y reencuentran el amor
¡qué envidia también!
De gente
de todas las edades
que camina
codo con codo
que se apoya
gente que ayuda
y es ayudada
báculo de cariño
al caminar
De niños alegres
y alguno asustado
que mira y remira
y respira
ojos redondos
labios fruncidos
De gente que huye
gente que vive
gente que camina
sin prisa
Y yo
               hoy
simple espectador
escribiendo algo que
como siempre
habla de mí
Relajado
por primera vez
en mucho tiempo
miro y remiro
camino y observo
aprendo del
alma humana
tranquilo
por primera vez
en mucho tiempo
me siento feliz
y aquí
Miro a las
muchachas bonitas
Miro el tiempo
y el ir y el venir
Escribo para
esta maravillosa
y querida
destinataria
Miro y remiro
desde mi esencia
más profunda
y una flor
de bondad
alumbra en mis ojos
y rebrota en mí
una liberadora sensación
de acoger
y recibir al otro
Y vuelvo a sentir
ese loco
inaudito
esperpéntico deseo
de que todo el mundo
sea feliz.
11-7-08
Estación de Atocha

martes, 8 de julio de 2008

Hace un año

Hace
más o menos
                            un año
estaba aquí
en San Benito
un año más joven
quizá un año
más cuerdo
pero hoy
igual que entonces
estaba
echándote de menos.
Quisiera pensar
que soy un año
más maduro
un año
más diestro
un año
trescientos sesenta y cinco días
mejor y más abierto.
Quizá.
No lo sé.
Lo que sé
es que un año después
sigo echándote de menos.
Lo cual demuestra
a las claras
en todo momento
que soy
un auténtico animal
quizá de costumbres
quizá de desconcierto
pero un año
                           después
yo te sigo queriendo.

Disperso

Estoy disperso
como partido
como si
hubieran
dispersado
mis trozos
por las cuatro esquinas
del tiempo.
Me siento
fraccionado
como una división escolar
mal hecha.
Con déficit
de atención.
Estoy y no estoy
aquí
y a un tiempo.
Aquí        en el silencio
que me provoca
el concierto.
Mis piezas
pugnan
por unirse.
Por un lado
todas
y por otro
la que piensa
siente
y vive por ti.

Una inmensa calma

Una inmensa calma.

Nada más
que decir
hasta la
siguiente duda
hasta la
siguiente crisis
hasta la
siguiente náusea.

Ahora me refugio
en una inconsciente
inmensa calma
ya sea
de corazón
de derrota
elegida
o de resignación

Esa inmensa calma
que abrillanta el sol
que endulza el aire
que muestra
ese inmenso vacío
que queda
tras la batalla.

Esa sonrisa
de circunstancias
esa tendencia
al retiro
monigote caído
no quedan
palabras
no quedan
suspiros
se perdió
el arrojo
se perdió
y se ha ido.

Sólo esa
mirada perdida
de silencio
en la barra
de un bar.

Nada entiendo.

Cada vez
menos pido.

Una inmensa calma.

Aún sigo vivo.