Fue
como una prueba
iniciática
pero al fin
llegamos al mar.
Llegamos a su olor
al sonido de las olas
al color de las aguas
al perfil del horizonte.
Me embobé
con su fragor
como siempre
en un día
gris y lluvioso
pero hermoso
y floreciente.
Y ahí estaba yo
escuchando
tu nombre
en cada ola
avivándote
en mi recuerdo
inflamando
mi corazón
de esperanza
y de deseo.
Aventé
la saudade
que me embarga
y le pedí
tu amor
a los cuatro
puntos cardinales
se lo pedí
a los vientos
y a las ondas
se lo pedí
a la tierra
al fuego
al aire
y al mar
recordando
ese momento
en el que
me dijiste
lo que echabas
de menos el mar
atada de pies
y manos
como estabas
por tus estudios
y tu responsabilidad.
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