Todas las mañanas
de todos los días
de todos los años
me repito a mí mismo
que soy el mejor.
Pero no es verdad
ni en realidad
importa.
Como un misil
que intercepta
a otro misil
un pensamiento
me asalta
y me desborda
esa persona
que está a mi lado
no es mi enemigo
y yo soy
en esencia
un hombre cooperativo
Y cuando
el miedo al otro
-y a la otra-
deje de ser
un sentimiento vivo
estoy seguro
eso será una realidad
palpable
brillante
y limpia.
Todas las mañanas
de todos los años
de hermosos días
20-10-09
Madrid
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