¿Dónde está
el descanso del guerrero
cuando tras
la dura jornada
arriba a su castillo
y encuentra
calor y abrigo
descanso
tras la dura
e inmisericorde batalla?
¿Dónde está
mi derecho
al reposo del navegante
a una caricia
a que la casa
sea el remanso
esperado contigo
tras el esfuerzo
recio
tras la dura
terrible
tremenda
labranza?
¿Dónde?
Porque mi casa
está vacía
cuando llego
y después
también.
Nadie
me espera en ella
ninguna mujer
me acompaña
ni las necesarias
ni las deseadas.
¿Dónde queda
entonces
el merecido
descanso
del guerrero?
Rabia sorda.
No existe para mí
ese derecho.
No para mí.
Por lo menos
no ahora.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario