Estoy en Valladolid
y nieva.
Con mi frente
en la ventana
contemplo
calle y cielo.
Una dulce
melancolía
me arrebata
y me cristaliza
por dentro.
Con la satisfacción
del deber cumplido
y el vacío
que deprime
tras la batalla
y te vuelve tierno
y blando
como las nubes
de algodón
y los niños
chiquititos
y las ganas de seguir
que aún perduran
y las dudas
que aún existen
y las cosas
que necesito
y no llegan
y el tiempo
que pasa
inexorable
y que empieza
a faltarme
y esta saudade
esta morriña
de un futuro
que no llega
y ese sentimiento
de que este
es el año
mi año
y yo estoy
en Valladolid
y nieva.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario