Viniste
aquella mañana
con una hermosa sonrisa
prendida en tus labios
y unos ojos
brillantes de emoción
y de sana hechicería.
Tanto
Que verte fue
como una brisa fresca
en mitad del verano
como un vaso de agua
en la ruta del desierto
como un rayo de sol
alegrando lo más duro del invierno.
Así que
sin quererlo
levantaste mi ánimo
y aliviaste mi alma
como la madre
que arrulla a su pequeño
en una noche de tormenta
Duerme mi niño
Descansa mi bien
descansa.
2-11-05
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