Recuérdame
que a veces
hago poesía.
No me dejes vagar
como un gemido
entre el ruido y la furia.
Envuélveme,
con tus brazos de hada
y transpórtame
donde los bosques
se ríen
con la risa del agua
y el sol y la luna
y la lluvia y la brisa
juegan al escondite
con los pájaros y las flores.
Llévame allí
donde florezco
en mi interior.
No me dejes vagar
airado, deprisa,
reseco, sin color.
Así que
de vez en cuando
en un susurro
en la noche
recuérdame
que
a veces
hago poesía.
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